jueves, 18 de abril de 2024

¡ADELANTE, SIEMPRE ADELANTE! ORACIÓN POR LAS VOCACIONES (19ABRIL2024)

 

Jornada Mundial de Oración por

las Vocaciones y Jornada

de Vocaciones Nativas

21 de abril de 2024

Para suscitar en todos los jóvenes la pregunta por su vocación;
y para invitar a toda la comunidad cristiana a orar y acompañar
las vocaciones que la Iglesia necesita en nuestro mundo.




Joven, ¡tú también puedes ser

discípulo y misionero!

¿Quieres seguir aprendiendo y ser enviado?


Mensaje del Papa

Cada año la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones nos invita a considerar el precioso don de la llamada que el Señor nos dirige a cada uno de nosotros, su pueblo fiel en camino, para que podamos ser partícipes de su proyecto de amor y encarnar la belleza del Evangelio en los diversos estados de vida. Escuchar la llamada divina, lejos de ser un deber impuesto desde afuera, incluso en nombre de un ideal religioso, es, en cambio, el modo más seguro que tenemos para alimentar el deseo de felicidad que llevamos dentro. Nuestra vida se realiza y llega a su plenitud cuando descubrimos quiénes somos, cuáles son nuestras cualidades, en qué ámbitos podemos hacerlas fructificar, qué camino podemos recorrer para convertirnos en signos e instrumentos de amor, de acogida, de belleza y de paz, en los contextos donde cada uno vive.

Papa Francisco

En el nombre del Padre. del Hijo y del Espíritu Santo…


La Iglesia celebra el 21 de abril, domingo del Buen Pastor y cuarto de Pascua, la Jornada Mundial de oración por las vocaciones y la Jornada de vocaciones nativas con el lema, «Hágase tu voluntad. Todos discípulos, todos misioneros».


“Hágase tu voluntad”. Esta frase del Padre Nuestro nos habla de la presencia de Dios como Padre providente, que busca nuestro bien: esa es su voluntad. Como María, podemos unirnos a ese plan, en escucha y obediencia, hasta decir: “hágase en mí según tu Palabra”.


“Todos discípulos, todos misioneros”. En la respuesta a la llamada de Dios por Cristo en el Espíritu, hay algo que todos los cristianos tenemos en común: ser discípulos del maestro y ser enviados por él a vivir y anunciar el Evangelio. Somos “discípulos misioneros”, como dos dimensiones simultáneas de nuestro ser cristianos: “siempre aprendiendo y siempre enviados”.


La llamada de Dios es plural. Una llamada común, y al mismo tiempo, personal. En el “bullicio” de nuestro día a día, Dios nos llama a todos, hombres, mujeres, jóvenes, mayores… en medio de nuestra cotidianidad, y lo hace personalmente. Cada uno de nosotros podemos responder al amor de Dios y decirle: “Hágase tu voluntad”


Porque Dios nos llama a una misión concreta. Misión y vocación que tenemos que ir descubriendo. Los diferentes elementos (matrimonio, sacerdocio, vida consagrada… Palabra, misión, justicia, escucha) definen formas de vida y elementos de la vocación a la que Dios nos llama.




Vemos el video.

JMOV+VN 2024. "Ser misión"

https://youtu.be/6HrW1xTKQ90


Rezamos todos juntos un Padre Nuestro y un Ave María.



TODOS TENEMOS QUE DESCUBRIR NUESTRA VOCACIÓN.

 

TODOS TENEMOS UNA MISIÓN EN ESTA VIDA.


¡ATRÉVETE A DESCUBRIR LA TUYA!



¡ADELANTE, SIEMPRE ADELANTE.


domingo, 14 de abril de 2024

¡ADELANTE,SIEMPRE ADELANTE! ORATORIO (15ABR2024)

 PASCUA (LA PROMESA DE SALVACIÓN)


En el nombre del padre, del hijo y del espíritu Santo. ¡AMÉN!


¡La alegría también se contagia! ¡Jesús vive!

Estamos en tiempo de Pascua y somos portadores de la Buena Noticia.

La Misión que Dios nos ha encomendado, su plan para que seamos felices, queda perfectamente expresado en esta lectura del evangelio.


Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23):

AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. 

Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Palabra del Señor

Trabajamos en tres claves la promesa de Salvación.

EL PERDÓN. LA PAZ. LA ALEGRÍA.

Como transmisores de estas claves, El Señor, nos envía, allí donde se nos necesita.

Y nosotros las traducimos, fieles al Mandamiento de Jesús, al modo tellista, haciendo de nuestra vida un acto de amor.

Y es por ese AMOR que la alegría también se contagia y  nos alienta a seguir caminando, ¡ADELANTE, SIEMPRE ADELANTE!



sábado, 13 de abril de 2024

GRUPO DE ORACIÓN " CON MATILDE A LA LUZ DEL SAGRARIO." (14ABRIL2024)

 LA PALABRA:



Lectura del santo evangelio según san Lucas (24,35-48):

En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros.»

Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma.
Él les dijo: «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies.
Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: «¿Tenéis ahí algo que comer?»
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.
Y les dijo: «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.»
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.
Y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»

Palabra del Señor



CON LAS VÍCTIMAS

Según los relatos evangélicos, el Resucitado se presenta a sus discípulos con las llagas del Crucificado. No es este un detalle banal, de interés secundario, sino una observación de importante contenido teológico. Las primeras tradiciones cristianas insisten sin excepción en un dato que, por lo general, no solemos valorar hoy en su justa medida: Dios no ha resucitado a cualquiera; ha resucitado a un crucificado.

Dicho de manera más concreta, ha resucitado a alguien que ha anunciado a un Padre que ama a los pobres y perdona a los pecadores; alguien que se ha solidarizado con todas las víctimas; alguien que, al encontrarse él mismo con la persecución y el rechazo, ha mantenido hasta el final su confianza total en Dios.


La resurrección de Jesús es, pues, la resurrección de una víctima. Al resucitar a Jesús, Dios no solo libera a un muerto de la destrucción de la muerte. Además «hace justicia» a una víctima de los hombres. Y esto arroja nueva luz sobre el «ser de Dios».

En la resurrección no solo se nos manifiesta la omnipotencia de Dios sobre el poder de la muerte. Se nos revela también el triunfo de su justicia sobre las injusticias que cometen los seres humanos. Por fin y de manera plena triunfa la justicia sobre la injusticia, la víctima sobre el verdugo.

Esta es la gran noticia. Dios se nos revela en Jesucristo como el «Dios de las víctimas». La resurrección de Cristo es la «reacción» de Dios a lo que los seres humanos han hecho con su Hijo. Así lo subraya la primera predicación de los discípulos: «Vosotros lo matasteis elevándolo a una cruz... pero Dios lo ha resucitado de entre los muertos». Donde nosotros ponemos muerte y destrucción, Dios pone vida y liberación.

En la cruz, Dios todavía guarda silencio y calla. Ese silencio no es manifestación de su impotencia para salvar al Crucificado. Es expresión de su identificación con el que sufre. Dios está ahí compartiendo hasta el final el destino de las víctimas. Los que sufren han de saber que no están hundidos en la soledad. Dios mismo está en su sufrimiento.

En la resurrección, por el contrario, Dios habla y actúa para desplegar su fuerza creadora en favor del Crucificado. La última palabra la tiene Dios. Y es una palabra de amor resucitador hacia las víctimas. Los que sufren han de saber que su sufrimiento terminará en resurrección.

La historia sigue. Son muchas las víctimas que siguen sufriendo hoy, maltratadas por la vida o crucificadas injustamente. El cristiano sabe que Dios está en ese sufrimiento. Conoce también su última palabra. Por eso su compromiso es claro: defender a las víctimas, luchar contra todo poder que mata y deshumaniza; esperar la victoria final de la justicia de Dios.

José Antonio Pagola

Publicado en www.gruposdejesus.com



Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (3,13-15.17-19):

En aquellos días, Pedro dijo a la gente: «El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados.»

Palabra de Dios



Sal 4,2.7.9

R/. Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor

Escúchame cuando te invoco,
Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración. R/.

Hay muchos que dicen:
«¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro
ha huido de nosotros?» R/.

En paz me acuesto
y en seguida me duermo,
porque tú solo, Señor,
me haces vivir tranquilo
. R/.


Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2,1-5):

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.

Palabra de Dios


¡ÁNIMO Y ADELANTE...SIEMPRE ADELANTE!

Hablar de Pascua es hablar del paso de la muerte a la vida. 
Pero no son realidades para después. 
Como seguidores de Jesús Resucitado, nos mueve la pasión por la Vida. 

Empezando por nosotros mismos y siguiendo por los más próximos, conjuguemos verbos de vida plena: sonreír, comprender, animar, compartir, ayudar, defender, respetar, integrar y sanar entre otros muchos. 

Celebremos la Pascua de la Vida.
https://www.feadulta.com



Me vais a permitir que hoy me centre en la sonrisa. Esa que nuestros niños nos regalan a diario y que nos llena, nos hace mejores sin darnos ni cuenta, Esa que a nosotros nos cuesta sacar a pasear, a veces, porque nos parece que nos hace vulnerables, cuando tendría que ser nuestra tarjeta de presentación allí donde nos presentemos.
La sonrisa es una invitación, un puente, un paso seguro para los que nos rodean. 
El que sonríe, ama, busca y aprecia lo que encuentra.

Los que esta Pascua están practicando EL ABRAZO, saben que este es el mejor generador de sonrisas, porque la alegría también se contagia.

¡¡SEA TODA NUESTRA VIDA UN ACTO DE AMOR!!

Ánimo y ¡ADELANTE , SIEMPRE ADELANTE!




«La sonrisa es una caricia, un regalo de gran valor. Debemos aprender otra vez a sonreír, a dejarnos invadir por una alegría nueva».

Franciscus


                            

La alegría es un tema central de las enseñanzas del papa Francisco, aún más necesario en estos tiempos que corren. En unas páginas que son un mensaje para todos los hombres y mujeres del mundo, el pontífice afirma que Dios es dicha y la misericordia es la manifestación más profunda de la felicidad de Dios y el núcleo del mensaje cristiano. Las palabras del papa Francisco son una invitación a abrazar la verdadera belleza; a abrirse, encontrarse y compartir; a cambiar actitudes personales y sociales que fomentan la exclusión; a desenmascarar el descontento que se produce cuando nos encerramos en nosotros mismos; y a afrontar la vida con valentía y confianza, sin dejarse vencer por la tristeza y el pesimismo. Los ocho capítulos de este libro abarcan el tema de la felicidad de manera humana y profunda, conscientes de que la verdadera alegría no es un sentimiento efímero ni ilusorio ni un antídoto para quienes ignoran el sufrimiento: proviene de una esperanza concreta, que nada ni nadie nos podrá arrebatar. Es una alegría que tiene la última palabra, siempre. Y el deseo de compartir una sonrisa es el primer pequeño gran paso para vivirla, para renovarnos, para renacer.






domingo, 7 de abril de 2024

GRUPO DE ORACIÓN "CON MATILDE A LA LUZ DEL SAGRARIO." (7ABRIL2024)

 LA PALABRA:



Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegria al ver al Señor.
Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos.
Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!»
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Palabra del Señor


RECORRIDO HACIA LA FE

Estando ausente Tomás, los discípulos de Jesús han tenido una experiencia inaudita. En cuanto lo ven llegar se lo comunican llenos de alegría: «Hemos visto al Señor». Tomás los escucha con escepticismo. ¿Por qué les va creer algo tan absurdo? ¿Cómo pueden decir que han visto a Jesús lleno de vida, si ha muerto crucificado? En todo caso, será otro.

Los discípulos le dicen que les ha mostrado las heridas de sus manos y su costado. Tomás no puede aceptar el testimonio de nadie. Necesita comprobarlo personalmente: «Si no veo en sus manos la señal de sus clavos... y no meto la mano en su costado, no lo creo». Solo creerá en su propia experiencia.

Este discípulo, que se resiste a creer de manera ingenua, nos va a enseñar el recorrido que hemos de hacer para llegar a la fe en Cristo resucitado a los que ni siquiera hemos visto el rostro de Jesús, ni hemos escuchado sus palabras, ni hemos sentido sus abrazos.

A los ocho días se presenta de nuevo Jesús. Inmediatamente se dirige a Tomás. No critica su planteamiento. Sus dudas no tienen para él nada de ilegítimo o escandaloso. Su resistencia a creer revela su honestidad. Jesús le entiende y viene a su encuentro mostrándole sus heridas.

Jesús se ofrece a satisfacer sus exigencias: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos. Trae tu mano, aquí tienes mi costado». Esas heridas, antes que «pruebas» para verificar algo, ¿no son «signos» de su amor entregado hasta la muerte? Por eso Jesús le invita a profundizar más allá de sus dudas: «No seas incrédulo, sino creyente».

Tomás renuncia a verificar nada. Ya no siente necesidad de pruebas. Solo experimenta la presencia del Maestro, que lo ama, lo atrae y le invita a confiar. Tomás, el discípulo que ha hecho un recorrido más largo y laborioso que nadie hasta encontrarse con Jesús, llega más lejos que nadie en la hondura de su fe: «Señor mío y Dios mío». Nadie ha confesado así a Jesús.

No hemos de asustarnos al sentir que brotan en nosotros dudas e interrogantes. Las dudas, vividas de manera sana, nos rescatan de una fe superficial que se contenta con repetir fórmulas, sin crecer en confianza y amor. Las dudas nos estimulan a ir hasta el final en nuestra confianza en el Misterio de Dios encarnado en Jesús.

La fe cristiana crece en nosotros cuando nos sentimos amados y atraídos por ese Dios cuyo rostro podemos vislumbrar en el relato que los evangelios nos hacen de Jesús. Entonces, su llamada a confiar tiene en nosotros más fuerza que nuestras propias dudas. «Dichosos los que crean sin haber visto».


José Antonio Pagola


Publicado en www.gruposdejesus.com



Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4,32-35):

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado.
Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.

Palabra de Dios



Sal 117,2-4.16ab-18.22-24

R/.Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia

Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R/.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.

Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina.
R/.


Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (5,1-6):

Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.


Palabra de Dios


¡ÁNIMO Y ADELANTE...SIEMPRE ADELANTE!


La principal enseñanza del segundo domingo de Pascua, es que el creyente vive su fe en la comunidad. 
El evangelio de Juan, tan simbólico, construye un relato en el que Tomás no puede creer que Jesús sigue vivo hasta que no comprueba la experiencia Pascual junto a los demás discípulos. 
No son camino, por tanto, ni el egocentrismo espiritual ni los rituales mágicos que salvan sin más.
                                                                                                                                                                                 https://m.feadulta.com/es/carta/estasemana.html


Similar situación ocurre en la enseñanza. Somos un equipo, una conjunción de piezas que forma un puzzle que es el modelo de escuela cristiana tellista que nosotros, como obra de Dios que somos, llevamos, en Misión Compartida junto a las HMMI,  a nuestras distintas comunidades educativas.


En ese caminar nuestro en el día a día, en ese ¡ADELANTE, SIEMPRE ADELANTE! que nos inspira la Madre Matilde, construimos nuestras vidas, nuestra vocación y nuestra fe. Y por esta razón, los problemas de uno han de ser los de todos, y las soluciones a esos problemas han de ser labor conjunta, solidaria, firme y en positivo.


No es , por tanto, solo aplicar recetas, tomar medidas, es fundamentalmente, llevarlas TODOS a cabo, convencidos de que así nos empoderamos, marcamos unas líneas que nos permiten ser y sentirnos educadores.
La unidad, que no la uniformidad, es trabajar desde nuestra libertad de cátedra, desde nuestra diversidad y desde nuestra experiencia de vida en una misma línea, en una misma dirección: educar buenas personas y mejores ciudadanos en los valores cristianos.



Esa es nuestra ALEGRÍA QUE SE CONTAGIA, esa es nuestra PASCUA.

Somos portadores de la Buena Noticia y constructores del Reino.

NO TENGÁIS MIEDO.

¡ADELANTE SIEMPRE ADELANTE!

¡ADELANTE, SIEMPRE ADELANTE! DE PASCUAS A RAMOS (24 a 31MAR2024)

LA PRIMAVERA.




EL CAMINO.



DOMINGO DE RAMOS.







EL MILAGRO DE LA LUZ: LA ANUNCIACIÓN.



VÍA CRUCIS.




COFRADÏA DE LA VERA CRUZ.


MIÉRCOLES SANTO. SANTO ROSARIO.



                                                                JUEVES SANTO



VIERNES SANTO







TRADICIÓN Y MODERNIDAD.

                                        

                                                           RESUCITAR EN MADRID.


                        ¡QUE TODA NUESTRA VIDA SEA UN ACTO DE AMOR!


                                         ¡ADELANTE, SIEMPRE ADELANTE!




lunes, 1 de abril de 2024

GRUPO DE ORACIÓN "CON MATILDE A LA LUZ DEL SAGRARIO". DOMINGO DE RESURRECCIÓN. (31MAR2024)

 LA PALABRA:



Secuencia

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.



Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1-9):

EL primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.


Palabra del Señor



¿DÓNDE BUSCAR AL QUE VIVE?

La fe en Jesús, resucitado por el Padre, no brotó de manera natural y espontánea en el corazón de los discípulos. Antes de encontrarse con él, lleno de vida, los evangelistas hablan de su desconcierto, su búsqueda en torno al sepulcro, sus interrogantes e incertidumbres.

María de Magdala es el mejor ejemplo de lo que acontece probablemente en todos. Según el relato de Juan, busca al Crucificado en medio de tinieblas, «cuando aún estaba oscuro». Como es natural, lo busca «en el sepulcro». Todavía no sabe que la muerte ha sido vencida. Por eso el vacío del sepulcro la deja desconcertada. Sin Jesús se siente perdida.

Los otros evangelistas recogen otra tradición que describe la búsqueda de todo el grupo de mujeres. No pueden olvidar al Maestro que las ha acogido como discípulas: su amor las lleva hasta el sepulcro. No encuentran allí a Jesús, pero escuchan el mensaje que les indica hacia dónde han de orientar su búsqueda: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado».

La fe en Cristo resucitado no nace tampoco hoy en nosotros de forma espontánea, solo porque lo hemos escuchado desde niños a catequistas y predicadores. Para abrirnos a la fe en la resurrección de Jesús hemos de hacer nuestro propio recorrido. Es decisivo no olvidar a Jesús, amarlo con pasión y buscarlo con todas nuestras fuerzas, pero no en el mundo de los muertos. Al que vive hay que buscarlo donde hay vida.

Si queremos encontrarnos con Cristo resucitado, lleno de vida y de fuerza creadora, lo hemos de buscar no en una religión muerta, reducida al cumplimiento y la observancia externa de leyes y normas, sino allí donde se vive según el Espíritu de Jesús, acogido con fe, con amor y con responsabilidad por sus seguidores.

Lo hemos de buscar no entre cristianos divididos y enfrentados en luchas estériles, vacías de amor a Jesús y de pasión por el evangelio, sino allí donde vamos construyendo comunidades que ponen a Cristo en su centro, porque saben que «donde están reunidos dos o tres en su nombre, allí está él».

Al que vive no lo encontraremos en una fe estancada y rutinaria, gastada por toda clase de tópicos y fórmulas vacías de experiencia, sino buscando una calidad nueva en nuestra relación con él y en nuestra identificación con su proyecto. Un Jesús apagado e inerte, que no enamora ni seduce, que no toca los corazones ni contagia su libertad, es un «Jesús muerto». No es el Cristo vivo, resucitado por el Padre. No es el que vive y hace vivir.

José Antonio Pagola

Publicado en www.gruposdejesus.com



Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34a.37-43):

EN aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
«Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entre los muertos.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. De él dan testimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados».

Palabra de Dios



Sal 117,1-2.16ab-17.22-23

R/.
 Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo


Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R/.

«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa».
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del SeñorR/.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. R/.


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,1-4):

HERMANOS:
Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.

Palabra de Dios


¡ÁNIMO Y ADELANTE...SIEMPRE ADELANTE!