sábado, 28 de marzo de 2015

29 de marzo:«Realmente este hombre era Hijo de Dios.»

CRECER CREYENDO:


Mc(15,1-39):

C. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Él respondió:
+ «Tú lo dices.»
C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:
S. «¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti.»
C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les contestó:
S. «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?»
C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:
S. «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?»
C. Ellos gritaron de nuevo:
S. «¡Crucifícalo!»
C. Pilato les dijo:
S. «Pues ¿qué mal ha hecho?»
C. Ellos gritaron más fuerte:
S. «¡Crucifícalo!»
C. Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio –al pretorio– y reunieron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:
S. «¡Salve, rey de los judíos!»
C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo. Y a uno que pasaba, de vuelta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz. Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»), y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos.» Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: «Lo consideraron como un malhechor.» Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:
S. «¡Anda!, tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz.»
C. Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo:
S. «A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.»
C. También los que estaban crucificados con él lo insultaban. Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y, a la media tarde, jesús clamó con voz potente:
+ «Eloí, Eloí, lamá sabaktaní.»
C. Que significa:
+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»
C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:
S. «Mira, está llamando a Elías.»
C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber, diciendo:
S. «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo.»
C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:
S. «Realmente este hombre era Hijo de Dios.»

Palabra del Señor



COMENTARIO:
EL GESTO SUPREMO

Jesús contó con la posibilidad de un final violento. No era un ingenuo. Sabía a qué se exponía si seguía insistiendo en el proyecto del reino de Dios. Era imposible buscar con tanta radicalidad una vida digna para los «pobres» y los «pecadores», sin provocar la reacción de aquellos a los que no interesaba cambio alguno.
Ciertamente, Jesús no es un suicida. No busca la crucifixión. Nunca quiso el sufrimiento ni para los demás ni para él. Toda su vida se había dedicado a combatirlo allí donde lo encontraba: en la enfermedad, en las injusticias, en el pecado o en la desesperanza. Por eso no corre ahora tras la muerte, pero tampoco se echa atrás.
Seguirá acogiendo a pecadores y excluidos aunque su actuación irrite en el templo. Si terminan condenándolo, morirá también él como un delincuente y excluido, pero su muerte confirmará lo que ha sido su vida entera: confianza total en un Dios que no excluye a nadie de su perdón.
Seguirá anunciando el amor de Dios a los últimos, identificándose con los más pobres y despreciados del imperio, por mucho que moleste en los ambientes cercanos al gobernador romano. Si un día lo ejecutan en el suplicio de la cruz, reservado para esclavos, morirá también él como un despreciable esclavo, pero su muerte sellará para siempre su fidelidad al Dios defensor de las víctimas
Lleno del amor de Dios, seguirá ofreciendo «salvación» a quienes sufren el mal y la enfermedad: dará «acogida» a quienes son excluidos por la sociedad y la religión; regalará el «perdón» gratuito de Dios a pecadores y gentes perdidas, incapaces de volver a su amistad. Ésta actitud salvadora que inspira su vida entera, inspirará también su muerte.
Por eso a los cristianos nos atrae tanto la cruz. Besamos el rostro del Crucificado, levantamos  los ojos hacia él, escuchamos sus últimas palabras… porque en su crucifixión vemos el servicio último de Jesús al proyecto del Padre, y el gesto supremo de Dios entregando a su Hijo por amor a la humanidad entera.
Es indigno convertir la semana santa en folclore o reclamo turístico. Para los seguidores de Jesús celebrar la pasión y muerte del Señor es agradecimiento emocionado, adoración gozosa al amor «increíble» de Dios y llamada a vivir como Jesús solidarizándonos con los crucificados. José Antonio Pagola

REFLEXIÓN:

Anuncia el Amor «increíble» de Dios. Pásalo

La Semana Santa es un gran anuncio. Un anuncio que tiene los ingredientes perfectos para llegar a interrogarnos, a movernos, a reafirmarnos, según sea nuestra posición ante el hecho de la muerte.
Es un grito de libertad envuelto en tradición, bulliciosa o silenciosa, según sea nuestro origen.



Lectura del libro de Isaías (50,4-7):

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

Palabra de Dios

Para nosotros, como grupo de oración, estos días deben ser la confirmación de que no nos hemos desviado en el camino. Nuestro “Manos a la Obra” es “Ser Para Los Demás”, empezando por los más cercanos, nuestras familias.
Sabemos, por vocación, que solo el ejemplo sirve. Transmitir es compartir. De ahí la clave del servicio, nuestro lavatorio de pies; de ahí la clave de la entrega, nuestro cargar con la Cruz.



Con una tragedia tan grande como, en este caso, absurda, reciente en la memoria, quiero compartir un mensaje de esperanza. Si el Reino de Dios está en nosotros, no perdamos el tiempo. Utilicemos este tiempo de Semana Santa para buscar en nuestro interior y lleguemos a la Pascua…¡¡¡RESUCITADOS!!!

Pablo Motos contó la historia de Ric Elías en un programa emitido en diciembre de 2011. Había visto la charla TED de Elías titulada Las 3 cosas que aprendí mientras se estrellaba mi avión y en la que cuenta eso, sus pensamientos cuando pensaba que su avión iba a estrellarse. Finalmente, el piloto consiguió realizar un amerizaje en el río Hudson en 2009 y Ric Elías sobrevivió. En su charla TED, cuenta que entonces aprendió tres cosas: uno, que todo cambia en un instante y que no hay que posponer lo que queremos hacer en la vida. Dos: que había desperdiciado el tiempo en discusiones por culpa de su ego y que desde entonces no trata de tener razón, sino que elige ser feliz. Y tres: que morir no da miedo pero que da mucha pena por todo lo que iba a perderse de su vida. Su mensaje termina invitando a los espectadores a pensar que no van a vivir para siempre y a plantearse cómo quieren vivir.

Jesús nos muestra que todo empieza con un triunfo y termina con una derrota, pero todo es apariencia.
El triunfo de los hombres, es volátil.
El Amor de Dios, es eterno.
Por eso, el mensaje del anuncio es: si permanecemos en el AMOR, nos salvaremos.
Esa es NUESTRA FE.

No tengáis miedo.

¡Ánimo y adelante!










domingo, 22 de marzo de 2015

22 de marzo:"Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto."


CRECER CREYENDO:



Jn (12,20-33):

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor, quisiéramos ver a Jesús.»
Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
Jesús les contestó: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este. mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre.»
Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.»
La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.»
Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

Palabra del Señor



COMENTARIO:
 El evangelio y los escritos joánicos
Recordemos que Juan es un evangelio de narración muy peculiar, muy teologizado.
Podemos decir que los escritos joánicos y la tradición a la que dan expresión cubren un período de tiempo que abarca las tres primeras generaciones del nacimiento del cristianismo: la primera (muerte de Jesús hasta la guerra del 70), porque a ellas se remontan las tradiciones propias que están en su base y son distintas a las que encontramos en los sinópticos; los inicios de la segunda generación (70-110), cuando se reúnen aquellas tradiciones en un primer relato evangélico, probablemente escrito; y el final de la segunda generación y los comienzos de la tercera (inicios del siglo II), cuando aparece el evangelio con los discursos, se escriben las cartas y se añaden aún otros desarrollos frutos de relecturas posteriores, y el capítulo 21.
Tengamos siempre en cuenta lo que estas diatribas con los judíos pueden tener de proyección hacia el tiempo de Jesús, de los conflictos de las pequeñas  y acosadas comunidades cristianas al doblar el cabo del siglo primero, cuando surge la escritura definitiva del evangelio de Juan.
El judaísmo de ese tiempo se está rearmando, después del colapso de Jerusalén, bajo la férrea dirección de los fariseos. Por eso Juan habla de los judíos, que identifica sobre todo con los fariseos. Esta ausencia de distintos grupos judíos y la identificación del judaísmo con los fariseos se explican porque se refieren al tiempo posterior a los años 70, que al tiempo de Jesús. Se inicia el judaísmo rabínico que pondrá la Ley como centro y principio de interpretación de sus tradiciones Los seguidores de Jesús hicieron lo propio con la persona y vida de Jesús, aunque con diferencias según el tipo de grupos que se trataba. El desarrollo cristológico fue, por tanto, un aspecto fundamental que marcó el final de la primera y toda la segunda generación.
Y, junto a eso, la cuestión de la identidad manifestó una importancia creciente y generó muchas tensiones entre los seguidores de Jesús y otros grupos del judaísmo. Sobre todo entre aquellos que pretendían eliminar el pluralismo anterior a la guerra del 70, para llegar a ser la autoridad que definiera quién es o no judío. Por tanto, los nuevos dirigentes judíos van a perseguir con saña a las primeras comunidades cristianas, a quienes consideran heréticas. Aunque esto sucedía, según parece, en torno a la sinagoga, más que en la vida cotidiana. En este mismo pasaje, un poco adelante, 12,42, nos recuerda, por ejemplo,  la exclusión de la sinagoga para los creyentes en Cristo. Cosa que todavía aparece con más claridad en 9,22].

[El estilo joánico del pasaje
Por ejemplo él no ha contado tanto la entrada la Jesús en Jerusalén, cuando el recibimiento mesiánico de Jesús. Su parecido con los sinópticos es más de forma que de fondo. El tema es acogido bajo el tema de la realeza. Por ejemplo, ahí resuena el oposición el recuerdo de Zacarías 12,5: Al ver esto, los jefes de Judá dirán para sí: “El Señor todopoderoso es el Dios de los que viven en Jerusalén y el que les da fuerzas”.
De la misma manera hay un relato y una larga reflexión en torno a la resurrección de Lázaro, como síntesis y culmen de los signos de Jesús, que no aparece en los demás evangelios. Lo mismo que este detalle con el que se inicia el pasaje: la petición de los gentiles de ver a Jesús. Que rompe el mesianismo nacionalista y lo abre a la universalidad.
Un grano de trigo, cualquiera, si se siembra en tierra puede fecundar. La cosecha no viene de un milagro portentoso, sino de una siembra, de un servicio. Del que no quiere guardarse todo para sí mismo, sino que lo entrega y comparte.
Es muy joánica la misma descripción de la agitación personal de Jesús, su desamparo, que no aparece de la misma manera en los sinópticos. Mi alma está agitada. Por eso recibe el respaldo de la voz del cielo, para mantenerse en la fidelidad. El amparo de Dios, aunque no le ahorrará el sufrimiento, se ha manifestado y lo seguirá haciendo en todos los pasos del Jesús histórico.
Y esa voz, como la del bautismo o la transfiguración, es más para los demás que para sí. Para que comprendan que de esa manera tan inesperada será expulsado el que manda en este mundo. Ese mesías pobre, universal e impotente,atraerá a todos cuando sea levantado de la tierra.]

Última controversia con los judíos: las razones políticas
Este pasaje forma parte, según Juan, del último discurso público de Jesús en el templo. La última y quizá más dura controversia con los judíos.
En el evangelio de Juan, se ha dado ya la entrada triunfante de Jesús en Jerusalén. Los días siguientes va al templo a predicar y tienen entonces lugar una serie de disensiones y disputas acaloradas. Recordemos que en este punto los sinópticos han narrado el conflicto de Jesús con el mercadeo del templo. Juan no lo hace. En cambio narra con detalle muchos aspectos de la controversia y asegura que los jefes religiosos ya han decidido la muerte del curandero y profeta de Galilea.
Ya hemos comentado en otras ocasiones la situación religiosa y política en la que se da esta confrontación de Jesús frente a las autoridades judías, las razones que tenían para eliminar a un profeta popular que podría dar lugar a revueltas y rebeliones peligrosas para el delicado equilibrio con los romanos.

Última controversia con los judíos: las razones religiosas
En realidad estos textos, que presentan una serie de discursos mezclados con variedad de temas, están compuestos como discusión en torno a una de las ideas básicas de la religión judía: el tema del Mesías. Que era otra forma de decir: cómo Dios se iba a manifestar. Concretamente se va a hablar del rechazo al estilo mesiánico que Jesús propone.
Jesús está proponiendo una forma de mesianismo inaceptable para la tradición nacionalista judía y que causaban un gran desconcierto entre la misma gente. Incluso entre sus amigos y discípulos. El tema ya había sido tocado antes, en 10,22-40, cuando los dirigentes se habían opuesto directamente a las pretensiones mesiánicas de Jesús. Pero ahora parece que es todo Israel el que se opone. Al tiempo que se describe el modo concreto de ese mesianismo que se rechaza. El mesianismo de Jesús tiene como hecho central el don de su vida y la posibilidad dada por él a cada persona de realizar en sí el proyecto divino.
Jesús parece angustiado por esa cerrazón, por su incapacidad de comprensión. Sabe que le queda poco tiempo de vida. Intenta decir con el mayor énfasis que es la última oportunidad de creer.
Todavía estará entre ustedes la luz, pero solamente por un poco tiempo. Anden, pues, mientras tienen esta luz, para que no les sorprenda la oscuridad; porque el que anda en la oscuridad, no sabe por dónde va. Crean en la luz mientras todavía la tienen, para que pertenezcan a la luz.
Pero no tiene éxito. Las autoridades han escogido, definitivamente según él, la oscuridad. El camino de las tinieblas. Si todos esperan el poder de Dios, su omnipotencia, si la idea de Dios está tan instrumentalizada por intereses políticos, se hace imposible creer en el camino de la cruz.
De parecida manera a lo que ocurría en el simbolismo de la limpieza del Templo, en estas controversias Jesús va a trastocar el imaginario mesiánico judío. Dios no está presente, ni se manifestará, como una fuerza poderosa y extraña que irrumpe en la historia humana, la avasalla y la transforma desde fuera de ella. Dios se ha hecho humanidad, uno de tantos. No se han comprendido bien sus signos y curaciones. Dios no quiere hacer continuas excepciones a las reglas de la naturaleza y la humanidad. Lo que muestra a Dios no es su poder milagroso, excepcional.

El tema de la cruz, una forma de aceptar la vida
En todo este pasaje, y estos capítulos, está en el fondo de las discusiones, como hemos dicho, el descubrimiento de un rostro de Dios diferente al de la tradición judía preponderante. Dios se manifiesta, se mesianiza, a través de Jesús. En su vida, gracias y desgracias. De la misma manera que lo hará en la vida de cada persona que quiere percibirlo.
El reino de Dios está dentro de nosotros. Es una semilla pequeña, que puede crecer. Pero solo si acepta su muerte, su transformación. En el camino hacia el reino siempre está la sombra y luz, la realidad de la cruz. Incluso cuando al final lo increpen: si eres hijo de Dios, baja de la cruz, él no podrá hacerlo, porque está ahí precisamente por serlo.
Recordamos la 1ª Carta a los Corintios, 1,22: los judíos quieren ver señales milagrosas, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros anunciamos a un Mesías crucificado. Esto les resulta ofensivo a los judíos, y a los no judíos les parece una tontería; pero para los que Dios ha llamado, sean judíos o griegos, este Mesías es el poder y la sabiduría de Dios.
Intentemos traer esas palabras a vuestra realidad. Que esa palabra se haga carne.

La impotencia de Dios
En la vida, a menudo, Dios se manifiesta impotente a nuestros ojos.
Es una queja antigua, diríamos que eterna. ¿Por qué triunfan los malvados? ¿De qué sirve ser un cordero llevado al matadero?
¿Dónde estaba Dios en Auschwitz? No se puede creer en un Dios bueno después de eso, han dicho muchos.
Pero es la queja ante cualquier dolor de los inocentes. O ante las vidas malogradas desde el nacimiento…
Dios se manifestó impotente ante el sufrimiento de Jesús. Él se sintió, por momentos, abandonado.
Los judíos (y gran parte de los cristianos) exigen milagros, intervenciones de Dios, control de las cosas por parte del gran artífice, del gran Padre. Y no hay ese control.
La gente pensante (muchos cristianos) pide sabiduría, algo que no ofenda a la inteligencia. ¿Cómo puede ser un Padre, como puede ser compasivo y bueno, tolerando todo eso?
Dios con Jesús, con nosotros, en nosotros
Vivimos ante Dios y sin Dios, decía Bonhoeffer.
Jesús, al aceptar la condición humana, fue entregado a las limitaciones sin fin de la humanidad. Con su vida enseña que Dios existe, no como el gran hacedor, como el omnipotente, sino como parte de nuestra vida. Y nuestra vida es así de limitada. Expuesta al capricho del azar. Expuesta también a nuestra libertad, es decir, a nuestros errores y a los de otros, que son causa de diferentes males o dolores.
Los cristianos no dejamos de estar tan defraudados como los judíos ante un Dios tan poco operativo con el mal o el dolor. Pensamos que tan injusto con los inocentes o la buena gente. Nos sentimos incrédulos como griegos y escandalizados ante un Padre que condene a su Hijo predilecto a ese final. No sólo a Jesús, a millones de perronas a los largo de la historia, también en nuestro días, que son sus hijos más queridos.
Dios vive en nosotros la estricta condición humana, sin tomar iniciativas sobre ella. Es cierto que conocemos muy poco a fondo eso que llamamos condición humana. Y que las ciencias nos abren continuamente sobre ella nuevas perspectivas y zonas desconocidas. Es cierto que la vida humana y su cerebro es un continente desconocido, en gran parte con conexiones impensables y sorprendentes. De modo que a veces se producen fenómenos increíbles y que nos llenan de admiración.
Pero, en todo caso, todo eso no tiene que ver directamente con Dios, sino con nuestra incompetencia. Dios sigue sin hacer gestos evidentes que defiendan la vida, o la salven de la maldad. No toma otras iniciativas que no sean las que hacen las personas. Es Dios con nosotros, Dios en nosotros.
El signo de la cruz
Es Dios con Jesús. Ese hombre lleno de espíritu, aceptando los límites de la vida y de la razón. Al mismo tiempo una vida en pelea contra la oscuridad y el mal. Que cura y enseña. Se opone al mal, la violencia o la crueldad. Que enseña una manera más sana de convivir. Y lo hace hasta arriesgar su vida, hasta entregarla.
La cruz es escándalo para unos, tontería para otros. Para los que la comprenden, es fuerza y sabiduría de Dios. Es aceptación de la vida real y de Dios en ella. De Dios soplando en ella, para alentarla, para no dejarla caer. Jesús mirando a través de ella y viendo más allá del dolor, o la muerte, como en la tumba de Lázaro, o en su propia tumba.
El creyente solo sabe que la fe no es ninguna luz, sino más bien una misteriosa fuerza que permite caminar a oscuras. (Orar con las cosas, José Mª Cabodevilla). http://iglesiasanantonio.capuchinospamplona.org/

REFLEXIÓN:


 

Del 16 al 22 de Marzo, los tellistas del Colegio San José, hemos estado de Fiesta.
El esfuerzo del claustro de profesores y del AMPA por mostrar lo mejor de cada alumno estos días merece la pena.
Como bien dice la Palabra: el grano de trigo, por sí solo no es nada. Lo tenemos que sembrar para que dé fruto. Ese es el empeño de las Obras de las Hijas de María de la Iglesia.


 

El calendario nos marca el 19 y 21 como fechas claves.
¡Es la primavera Tellista! 
Soñamos con Matilde con la esperanza de acariciar el alma de los que nos rodean y acercarles al Señor, haciendo de cada momento una oportunidad.
Por eso, después de 140 años, la palabra clave es CONTINUIDAD y nuestro sello la FE y el AMOR.
No permitamos que la ALEGRÍA de la celebración se nos apague en el transcurrir del día a día.¡Que toda nuestra vida sea un acto de amor!
¡NO TENGÁIS MIEDO! 
¡ÁNIMO Y ADELANTE!
¡SIEMPRE ADELANTE!

¡¡¡QUE LAS LLAMAS DEL ESPÍRITU BROTEN DE NUESTRO SOPLO PASTORAL... !!!¡ANADSOPIREA!

miércoles, 18 de marzo de 2015

¡¡¡¡ FELICIDADES, HMMI !!!!

El 19 de Marzo Celebramos los 140 años de la Fundación de las Hijas de Maria Madre de la Iglesia




     Damos gracias a Dios por este gran regalo para toda la Iglesia.


Beata MATILDE TELLEZ ROBLES. ¡¡¡Ruega por nosotros!!!

MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA. ¡¡¡Ruega por nosotros!!!


¡QUE TODA NUESTRA VIDA SEA UN ACTO DE AMOR!

LA FIESTA DE SAN JOSÉ... UN MODELO DE PADRE MANOS A LA OBRA.



Empezar con EL CARBONERITO, que es nuestro corazón tellista, es la mejor manera de hacer fluir una mezcla de sueño, recuerdo y esperanza, 
El futuro, nuestro futuro, bebe de ahí. Es la historia de una mujer a la espera de un  milagro y de su misión, que es ahora la nuestra.
Los valores de la figura de San José marcan el carisma de MATILDE. 



Como PADRE/PROFESOR, puedo afirmar que DIOS PINTA MIS DÍAS DE COLOR. Tengo dos escenarios donde poner en práctica los valores cristianos, donde crecer con los que estan creciendo, donde reir donde todo es sonrisa y donde buscar a Dios en todo lo que me rodea. Por eso la FIESTA DE SAN JOSÉ es tan importante para toda la comunidad educativa.Es un momento de comunión, entrea alumnos padres y profesores, entorno a valores como el esfuerzo, la superación, la solidaridad, la generosidad y la ilusión.

Esa alegría que se refleja en la cara de los padres, de los abuelos, de los nietos es lo que nos hace grandes aún sabiéndonos pequeños. Es lo que, 60 años después, mantiene vivo al COLEGIO SAN JOSÉ, EN EL BARRIO DE TETUÁN, y en la memoria de muchas de sus gentes



Pertenecemos a un colegio de LAS AZULES, de Las Hijas de María Madre de la Iglesia,y eso se nota. Porque somos FAMILIA TELLISTA, compatimos camino en sus 140 años de caminar, aportando nuestro granito de arena, junto a ellas, en esta Obra de Dios.

Por eso, no mecanso de proclamar que la riqueza de mi colegio es:

+ La humildad de sus gentes.
+ La pluralidad de orígenes de los que componemos la comunidad educativa.
+ El deseo compartido de aprender y ser mejores cada día.
+ La esperanza de que con ese esfuerzo tendremos un futuro mejor.
+ Ser un SUEÑO DE MATILDE, puesto manos ala obra.

¡NO SOMOS UN MILAGRO! SOMOS UNA GRACIA... DE DIOS.


¡QUE TODA NUESTRA VIDA SEA UN ACTO DE AMOR!


¡FELIZ DÍA DE SAN JOSÉ!

martes, 17 de marzo de 2015

HACER DE LA NECESIDAD...¡¡¡VIRTUD!!!

Siempre que se acerca la primavera, mi corazón busca un viento suave que reavive sus brasas.
Esta vez he pensado en retomar una costumbre: Los cursillos de pastoral.
La casualidad ha querido que el tema de este año sea tal cual lo que siempre busco.
Así que allá voy...dispuesto a soplar... ¡y a reinventarme! 
¡Ánimo y adelante!

Jornadas de Pastoral 2015  
 Madrid,20,21 y 22 de marzo.


























¡Anadsopirea!
¡Sopla las brasas, da vida al fuego!
(2 Tim. 1, 6)


Mons. José Sánchez  Obispo emérito. (Salamanca)
Timoteo, el emigrante. Soplar las brasas.

Equipo ProyectoNudo. Teresianas de E. Ossó (Valladolid)
TEP. Teresa + Educación + Pastoral.Jugar con fuego.

Rosa Navarro Durán. Profesora de la Universidad de Barcelona
Propagar el fuego. Hay libros que avivan la fe.

Fernando Donaire. Prior de los carmelitas de Úbeda. (Jaén)
La llama de amor viva. ¿Seguirá ardiendo?

Martín Varela. Coordinador Master pastoral La Salle (Madrid)
Anadasopiera. La badila pastoral

Teatro Nerea. (Ciudad Real)
El carromato del Señor de los pájaros

viernes, 13 de marzo de 2015

15 de Marzo:"Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él."

CRECER CREYENDO:

 


 Jn (3,14-21):

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»

Palabra del Señor

COMENTARIO

Jesús explica a Nicodemo que para entenderle hace falta fe (vv. 9-15). Compara su futura crucifixión con la serpiente de bronce, que, por orden de Dios, alzó Moisés en un mástil como remedio para curar a quienes durante el éxodo fueron mordidos por las serpientes venenosas (Nm 21,8-9). Así también Jesús, exaltado en la cruz, es salvación para todos los que le miren con fe y causa de juicio para quienes no creen en Él. «Las palabras de Cristo son al mismo tiempo palabras de juicio y de gracia, de muerte y de vida. Porque solamente dando muerte a lo viejo podemos acceder a la nueva vida (...). Nadie se libera del pecado por sí mismo y por sus propias fuerzas ni se eleva sobre sí mismo; nadie se libera completamente de su debilidad, o de su soledad, o de su esclavitud. Todos necesitan a Cristo, modelo, maestro, libertador, salvador, vivificador» (Conc. Vaticano II, Ad gentes, n. 8).
Las palabras finales (vv. 16-21) sintetizan cómo la muerte de Jesucristo es la manifestación suprema del amor de Dios por nosotros los hombres. Tanto para los inmediatos destinatarios del evangelio, como para el lector actual, esas palabras constituyen una llamada apremiante a corresponder al amor de Dios: que «nos acordemos del amor con que [el Señor] nos hizo tantas mercedes y cuán grande nos le mostró Dios (...): que amor saca amor (...). Procuremos ir mirando esto siempre y despertándonos para amar» (Sta. Teresa de Jesús, Vida 22,14).



Las palabras «tanto amó Dios al mundo...» (v. 16) las comenta Juan Pablo II diciendo que «nos introducen al centro mismo de la acción salvífica de Dios. Ellas manifiestan también la esencia misma de la soterología cristiana, es decir, de la teología de la salvación. Salvación significa liberación del mal, y por ello está en estrecha relación con el problema del sufrimiento. Según las palabras dirigidas a Nicodemo, Dios da su Hijo al “mundo” para librar al hombre del mal, que lleva en sí la definitiva y absoluta perspectiva del sufrimiento. Contemporáneamente, la misma palabra “da” (“dio”) indica que esta liberación debe ser realizada por el Hijo unigénito mediante su propio sufrimiento. Y en ello se manifiesta el amor, el amor infinito, tanto de ese Hijo unigénito como del Padre, que por eso “da” a su Hijo. Éste es el amor hacia el hombre, el amor por el “mundo”: el amor salvífico» (Salvifici doloris, n. 11).
La entrega de Cristo constituye la llamada más apremiante a corresponder a su gran amor: «Si Dios nos ha creado, si nos ha redimido, si nos ama hasta el punto de entregar por nosotros a su Hijo Unigénito (Jn 3,16), si nos espera —¡cada día!— como esperaba aquel padre de la parábola a su hijo pródigo (cfr Lc 15,11-32), ¿cómo no va a desear que lo tratemos amorosamente? Extraño sería no hablar con Dios, apartarse de Él, olvidarle, desenvolverse en actividades ajenas a esos toques ininterrumpidos de la gracia» (S. Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, n. 251). http://bibliadenavarra.blogspot.com.es/

REFLEXIÓN:


Se termina la evaluación y nos disponemos a colocar, como Moisés, la cruz con la serpiente (las benditas notas) para los que han sido mordidos por las matemáticas, la lengua, el inglés, etc., en el trayecto puedan poner remedio.
Quedarán los restos del naufragio, las sonrisas de los que han llegado a buen puerto, las quejas al maestro armero y las escusas conocidas asociadas al tiempo.
Ya está superada la mitad del curso y lo que viene por delante es una cuesta abajo vertiginosa que nos llevará a… ¡LA PLAYA!... conseguir o no lo objetivos programados.
Pero si quieres ver por dónde van los tiros, agárrate al lenguaje gestual: Si los profesores no sonríen es que los niños no aprenden… Luego estamos pendientes de un milagro… quizá en San José.

 

Como sé que en la comunidad educativa nos falta fe en los milagros, traigo una historia como ejemplo o un ejemplo de la historia.
Uno pertenece a un tiempo, pero es resultado de sus raíces y sus tradiciones. De ellas viene la figura del CID. Un hombre de guerra, un caballero medieval, que buscó siempre la PAZ: consigo mismo, con su rey, con su familia, con Dios.
Su vida, como la de todos, está llena de luces y sombras, de realidades y leyendas, pero prevalece el valor de la JUSTICIA en toda ella.
¡Qué difícil es el camino de los justos! Espejos andantes que nos devuelven la imagen deformada de lo que realmente somos, frente a la imagen de lo que queremos o pretendemos ser. Ese choque provoca humildad o soberbia. Trae reflexión o rabia. Da igual que seas rey, judío, califa, campesino…da igual que seas padre/profesor, hijo/alumno. La realidad de tus actos te pone en el lugar que te corresponde.
Por eso, como dice Jesús, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.”
Mi verdad es que yo no tengo del CID, ni la espada.
El espejo donde siempre me miro es mi padre.
Por eso, ahora que se acerca la fiesta de San José, su recuerdo se acrecienta en mí y hace que  sea
más consciente de que yo también soy padre, y de que me debo a mis hijos.
Llegó el tiempo de ser espejo donde ellos se miran y crecen.
Pero no nos equivoquemos, no somos nada sin el  SEÑOR. Sin la presencia del Padre, nuestra vida es un destierro, un discurrir errático. Los valores cristianos no son un hablar, un decir… son un sentir, en uno mismo y hacia  los demás.



Para terminar, ahora que llega la primavera, quiero traer tres verdades a la luz:

* En esta sociedad, donde crecen pleitos y mengua la justicia, hemos de tener clara nuestra misión:
Los maestros somos espejos.

*Todos somos parte importante de un colegio que lleva 60 años reflejando la imagen del barrio de TETUÁN.

*Las Azules, las Hijas de María Madre de La Iglesia, y toda la Familia Tellista con ellas, celebramos 140 años de ORACIÓN – ENTREGA y SACRIFICIO, haciendo realidad el sueño de Matilde.

¡Así sea! 
¡Que toda nuestra vida sea un acto de amor! 
¡Ánimo y adelante!














sábado, 7 de marzo de 2015

8 de marzo:«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»


CRECER CREYENDO:



Jn (2,13-25):

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?»
Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»
Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.

Palabra del Señor




COMENTARIO:
Hace unos meses, en los últimos domingos del tiempo ordinario, se nos presentaba este mismo evangelio. Su explicación es, por tanto, la misma. La vuelvo a incluir con algunas modificaciones.
Podemos escucharlo y acogerlo, dentro del tiempo de cuaresma, fijándonos en otros aspectos. Uno puede ser, como nos sugiere el dibujo, pararnos a pensar en ese afán de comprar, vender, contar y asegurarlo todo. Dios es gratuito y lo suyo es “regalarnos” lo que necesitamos, por eso hablamos siempre de sus dones. ¿Por qué no aprovechar esta cuaresma para cortar esa dinámica en nuestra vida?
Otro, mirando al templo del que nos habla el evangelio, preguntarnos ¿Qué estamos haciendo con los templos? ¿En qué los hemos convertido?
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Muchos salmos reflejan la alegría del pueblo cuando iba en peregrinación al templo, una vez al año, desde todos los confines de Israel. Iban a celebrar la Pascua, es decir, a recordar y revivir la experiencia de liberación que sus antepasados había tenido siglos antes y a dar gracias a Dios. Podemos recordar esta experiencia leyendo  Éxodo 12 y 13.
Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
No debemos leer este texto como un hecho aislado en la vida de Jesús, sino en relación con muchas otras intervenciones y enseñanzas sobre el templo que encontramos en los cuatro evangelios. Vamos a recordar algunas.
San Lucas nos dice que Jesús por el día enseñaba en el templo y salía a pasar la noche en el monte de los olivos (Lucas 21,37). También se fijó en la viejecita que echaba una limosna que para ella suponía todo su sustento. A la mujer samaritana le dijo que había llegado la hora de que no adoraran al Padre ni en el monte ni en el templo, sino en espíritu y en verdad.
- Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.
Tenía que causar una impresión muy desagradable ver que el templo, lleno de belleza y esplendor, se había convertido en algo similar a un mercado. Se vendían ovejas y bueyes para ofrecer en sacrificio y quemarlos sobre el altar. Creían que el humo que se elevaba hacia el cielo le agradaba a Dios. Vendían palomas y tórtolas para las personas más pobres, como recoge el texto de la presentación de Jesús en el templo (Lucas 2, 22-24).
También había muchas mesas con balanzas, en las que se cambiaba el dinero que llevaba la gente. Para echar limosna dentro del templo o para pagar las ofrendas (por ejemplo al nacer el primer hijo) sólo se podían utilizar las monedas que daban los cambistas, monedas especiales, “limpias” que sólo circulaban dentro del templo y no tenían el rostro del emperador grabado en ellas. Esas monedas no estaban contaminadas ni podían ser utilizadas en los negocios.  Mejor dicho eran utilizadas para aumentar “el negocio del templo”, que enriquecía  sobre todo a la casta sacerdotal.  
Salomón construyó el templo con todo el esplendor imaginable: maderas del Líbano, decoración con racimos de oro, etc. Y en medio del templo los sacerdotes colocaron el Arca de la Alianza y la tienda que la había albergado durante el tiempo en el que el pueblo la llevó consigo, cuando eran un pueblo errante.
“Al salir los sacerdotes de la zona considerada santa, una nube llenó la casa del Señor y los sacerdotes no pudieron continuar en el servicio religioso a causa de la nube, porque la gloria del Señor llenaba la casa del Señor. Salomón dijo: “He querido erigirte una morada, un lugar donde habites para siempre” (1 Reyes 8, 10-13).
La santidad que emanaba del templo se extendía por toda la ciudad. El santuario era similar a la puerta del cielo. Pero dentro no sólo había un mercado sino un nido de corrupción y poder.
En el mismo pasaje del evangelio de Lucas leemos: “Jesús entró en el templo y comenzó a expulsar a los que allí estaban vendiendo. Le dijo: En las Escrituras se dice:“Mi casa es casa de oración” pero vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones” (Lc 19,45-46).
Ya el profeta Jeremías se situaba junto a una de las puertas del templo y denunciaba reiteradamente el uso que se hacía de él. Jesús expresa con vehemencia este mismo deseo de reservar el templo como un lugar de encuentro con Dios.
Hoy está muy bien que nos saludemos y nos interesemos unos por otros antes o después de la Eucaristía, pero si los templos dejan de ser espacios de silencio, recogimiento y oración muchas personas no tienen a su alcance espacios alternativos. El atrio y los salones parroquiales pueden ser el lugar de encuentro de la comunidad.
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora».
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
- ¿Qué signos nos muestras para obrar así?
Esta frase equivale a otras que aparecen muchas veces en el evangelio: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? Es como pedirle a Jesús  que se identifique, que explique los motivos de su comportamiento, porque parece que está loco. Atentar contra el templo, por poco que fuera, era una auténtica locura y acarreaba la pena de muerte. El templo de Jerusalén no era como una de nuestras iglesias, era el lugar más sagrado del mundo conocido, era el lugar donde habitaba el mismo Dios.
Jesús contestó:
- Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.
Los judíos replicaron:
- Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Juan hace una lectura de los hechos tras la Pascua, tras la muerte y la resurrección de Jesús. El templo ya había sido destruido en el año 70 después de Cristo y las comunidades cristianas sabían que el tiempo del culto en el templo había finalizado. Ahora Jesús era como el nuevo templo, el nuevo lugar de encuentro entre los hombres y mujeres con Dios. Ya no hacía falta hacer sacrificios de animales. El pan y el vino eran los nuevos signos de encuentro entre la comunidad  y con Dios. Marifé Ramos    http://www.mariferamos.com/
REFLEXIÓN:
A medida que va transcurriendo este curso nos vamos dando cuenta de una realidad social que va en aumento: El sentido común es, cada vez más, el menos común de los sentidos.
Y aquí traigo varios ejemplos.
"Si la asignatura de Religión es adoctrinamiento, que venga Dios y lo vea"
05.03.2015 | 03:05
El arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, explicó ayer que el contenido de la asignatura de Religión se centra en enseñar a los estudiantes valores "esenciales para la vida de un ser humano" como "dar de comer al hambriento". "Si esto es adoctrinamiento, que venga Dios y lo vea", indicó. En una entrevista en la Cadena Ser, Osoro explicó que la asignatura de Religión tiene el objetivo de que el ser humano aprenda que "hay que dar de comer al hambriento, vestir al desnudo o visitar al que está enfermo". En este sentido, defendió que estas cuestiones "son esenciales para la vida de un ser humano", que no restan ninguna libertad ni impiden el encuentro con personas que no comparten estas creencias, "todo lo contrario". El arzobispo de Madrid y anteriormente arzobispo de Oviedo defendió que la religión no sólo no es un obstáculo para la libertad, sino que es "un elemento esencial para tener libertad". Subrayó que la asignatura es optativa y dijo que para muchas personas "la dimensión trascendente de la vida es esencial".
¡Que tengamos que seguir defendiendo la asignatura de Religión, cuando esta no tendría que estar politizada! Es una prueba del fracaso de nuestros gobernantes, de uno u otro signo ideológico. Por eso, ahora, que la crisis hace mella en las instituciones, la carencia definida de valores en la sociedad hace que la enseñanza de los valores cristianos se vea como una amenaza, un contrapoder que hay que combatir. La ignorancia y el miedo hacen siempre buenas migas. Y tienen en  la violencia su herramienta de diálogo. Por desgracia tenemos muchos ejemplos recientes en la retina.
Pero una vez conocida la realidad donde nos movemos, no hay que bajar los brazos, sino todo lo contrario. Hay que remangarse y bajar hasta donde el prójimo está  para ponerse manos a la obra.
Rezamos todos los días, leemos la Palabra y la hacemos accesible a nuestros alumnos, trabajamos las celebraciones y los tiempos litúrgicos, con todos los medios a nuestro alcance, porque creemos que nuestros alumnos tienen el derecho a recibir los valores cristianos, para llegar a ser honrados ciudadanos y buenos cristianos. Perseguimos cumplir el sueño de Matilde 140 años después.












Y como perseguir un sueño, no es fácil, debemos estar preparados para el desgaste que produce el rechazo social, la incomprensión vocacional y nuestra propia debilidad como humanos que somos. El amor y la alegría son nuestros pilares terrenales. La oración y el servicio nuestras claves para transcender.
Lo demás: ¡Sólo Dios! ¡Sólo Dios!
Hablar del Cielo de los amables, es mentar el latifundismo divino. 
No es ninguna broma. 
De los amables es el Reino de los Cielos. De los que se ponen en el lugar del otro, en cualquier momento y situación, solo cabe esperar una caricia de Dios. 
Este valor, en desuso socialmente, es la clave de la situación en la que nos encontramos. Que cale la amabilidad en los “pequeños egoístas” que están en nuestros colegios representa una posibilidad de futuro mejor. 
La realidad nos muestra que estamos muy solos en esta labor porque, aunque las familias no han renunciado a ser transmisoras, el problema es que los valores que comunican son opuestos a los nuestros.  
Por eso debemos perseverar desde las pequeñas cosas, desde las más cercanas, las más sencillas.¡No me digáis que no merece la pena el esfuerzo por una parcela de Cielo! ¡Ánimo y adelante!