domingo, 27 de septiembre de 2015

"... nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa."

CRECER CREYENDO:


Mc (9,38-43.45.47-48):

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»
Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.»

Palabra del Señor


 
Salmo
Sal 18

R/.
 Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R/.

Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado. R/.

COMENTARIO:

SON AMIGOS, NO ADVERSARIOS
A pesar de los esfuerzos de Jesús por enseñarles a vivir como él, al servicio del reino de Dios, haciendo la vida de las personas más humana, más digna y dichosa, los discípulos no terminan de entender el Espíritu que lo anima, su amor grande a los más necesitados y la orientación profunda de su vida.
El relato de Marcos es muy iluminador. Los discípulos informan a Jesús de un hecho que les ha molestado mucho. Han visto a un desconocido «expulsando demonios». Está actuando «en nombre de Jesús» y en su misma línea: se dedica a liberar a las personas del mal que les impide vivir de manera humana y en paz. Sin embargo, a los discípulos no les gusta su trabajo liberador. No piensan en la alegría de los que son curados por aquel hombre. Su actuación les parece una intrusión que hay que cortar.
Le exponen a Jesús su reacción: «Se lo hemos querido impedir porque no es de los nuestros». Aquel extraño no debe seguir curando porque no es miembro del grupo. No les preocupa la salud de la gente, sino su prestigio de grupo. Pretenden monopolizar la acción salvadora de Jesús: nadie debe curar en su nombre si no se adhiere al grupo.
Jesús reprueba la actitud de sus discípulos y se coloca en una lógica radicalmente diferente. Él ve las cosas de otra manera. Lo primero y más importante no es el crecimiento de aquel pequeño grupo, sino que la salvación de Dios llegue a todo ser humano, incluso por medio de personas que no pertenecen al grupo: «el que no está contra nosotros, está a favor nuestro». El que hace presente en el mundo la fuerza curadora y liberadora de Jesús está a favor de su grupo.
Jesús rechaza la postura sectaria y excluyente de sus discípulos que solo piensan en su prestigio y crecimiento, y adopta una actitud abierta e inclusiva donde lo primero es liberar al ser humano de aquello que lo destruye y hace desdichado. Este es el Espíritu que ha de animar siempre a sus verdaderos seguidores.
Fuera de la Iglesia católica, hay en el mundo un número incontable de hombres y mujeres que hacen el bien y viven trabajando por una humanidad más digna, más justa y más liberada. En ellos está vivo el Espíritu de Jesús. Hemos de sentirlos como amigos y aliados, nunca como adversarios. No están contra nosotros pues están a favor del ser humano, como estaba Jesús.  José Antonio Pagola  http://www.gruposdejesus.com/
REFLEXIÓN:
Este mundo nuestro, que es puro teatro, donde un día eres alegría para los demás y al día siguiente tristeza, llanto, enfermedad. La máscara se pega al rostro, casi sin esfuerzo, desde que comienza el curso. Pero, aun así, se ve a la legua quién está para echarte una mano y quién para ponerte el pie.



Nos pasa como a los discípulos de Jesús, que pretendemos defender nuestro espacio, convirtiendo al compañero, que quiere entrar en nuestro terreno, en adversario. Y así acaba pasando, que sale mejor dividir y restar que sumar y multiplicar. ¡Cómo cuesta cambiar estos comportamientos y cuanta energía se invierte inútilmente en ver lo negativo en vez de gastarla en aumentar lo positivo!



Cuando en tu camino llegas a  ver peregrinos en vez de estorbos o competencia para el triunfo, tu meta está más cerca. Cuando un grupo de trabajo es una oportunidad y no una losa. Cuando un cargo posibilita darse para crecer, no a costa de los demás, sino crecer con ellos. Entonces estamos haciendo vivo el Evangelio. Estamos haciendo “nuestro milagro de todos los días” en el nombre de Jesús.
Pero si la reflexión se queda en palabrería, de poco sirve. Los datos, los organigramas, las tablas de resultados son fácilmente “moldeables”, el acompañamiento, la comprensión y la entrega, no.



Por suerte, o por desgracia (dependiendo de la circunstancia), el quijotismo es endémico en nuestra profesión y siempre hay alguien dispuesto a arremeter contra “los molinos” de nuestra escuela hoy.
La sociedad que nos demanda (pero judicialmente), nos exige (porque nos minusvalora) y nos culpabiliza (para tener un chivo expiatorio), está aparcando niños en los colegios y descargando la educación (que antes venía preinstalada del núcleo familiar) y la enseñanza (¡Que todo se haga en la escuela! A mí no me carguen con las tareas del niño.) sobre los profesores (Burocratizados y atados presupuestariamente). Si a esto añades que no se ha podido consensuar una ley educativa que dure en el tiempo, más allá de lo que dura en el poder el partido político que la  propuso, te da como resultado evidente  el fracaso escolar.



Asumida esta realidad, más que de máscara tendríamos que hablar de ponernos casco…
Pero no debemos bajar las manos, sino ofrecerlas.
No será posible el cambio si nosotros no somos protagonistas del mismo. ¡¡¡REINICIATE!!!
Eso le pide Jesús a sus discípulos, que prioricen el bien común.
Que da igual quién hace el bien en nombre de Jesús, que lo importante es el prójimo.
Eso nos pide a nosotros también.
Yo espero daros mi vaso de agua… para compartirlo.

QUE LA FUERZA DEL AMOR NO DISMINUYA EN NUESTRO CORAZÓN.


NO TENGÁIS MIEDO.                                 ¡ÁNIMO Y ADELANTE!













domingo, 20 de septiembre de 2015

Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.» Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»


CRECER CREYENDO:


Mc (9,30-37):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

Palabra del Señor


Salmo
Sal 53,3-4.5.6 y 8

R/.
 El Señor sostiene mi vida

Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R/.

Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios. R/.

Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.

COMENTARIO:
"DOS ACTITUDES MUY DE JESÚS”

El grupo de Jesús atraviesa Galilea, camino de Jerusalén. Lo hacen de manera reservada, sin que nadie se entere. Jesús quiere dedicarse enteramente a instruir a sus discípulos. Es muy importante lo que quiere grabar en sus corazones: su camino no es un camino de gloria, éxito y poder. Es lo contrario: conduce a la crucifixión y al rechazo, aunque terminará en resurrección.

A los discípulos no les entra en la cabeza lo que les dice Jesús. Les da miedo hasta preguntarle. No quieren pensar en la crucifixión. No entra en sus planes ni expectativas. Mientras Jesús les habla de entrega y de cruz, ellos hablan de sus ambiciones: ¿Quién será el más importante en el grupo? ¿Quién ocupará el puesto más elevado? ¿Quién recibirá más honores?

Jesús «se sienta». Quiere enseñarles algo que nunca han de olvidar. Llama a los Doce, los que están más estrechamente asociados a su misión y los invita a que se acerquen, pues los ve muy distanciados de él. Para seguir sus pasos y parecerse a él han de aprender dos actitudes fundamentales.
·         Primera actitud: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y servidor de todos». El discípulo de Jesús ha de renunciar a ambiciones, rangos, honores y vanidades. En su grupo nadie ha de pretender estar sobre los demás. Al contrario, ha de ocupar el último lugar, ponerse al nivel de quienes no tienen poder ni ostentan rango alguno. Y, desde ahí, ser como Jesús: «servidor de todos».
·         La segunda actitud es tan importante que Jesús la ilustra con un gesto simbólico entrañable. Pone a un niño en medio de los Doce, en el centro del grupo, para que aquellos hombres ambiciosos se olviden de honores y grandezas, y pongan sus ojos en los pequeños, los débiles, los más necesitados de defensa y cuidado.
Luego, lo abraza y les dice: «El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí». Quien acoge a un «pequeño» está acogiendo al más «grande», a Jesús. Y quien acoge a Jesús está acogiendo al Padre que lo ha enviado.
Una Iglesia que acoge a los pequeños e indefensos está enseñando a acoger a Dios. Una Iglesia que mira hacia los grandes y se asocia con los poderosos de la tierra está pervirtiendo la Buena Noticia de Dios anunciada por Jesús." José Antonio Pagola. Origen post: Grupos de Jesús Parroquia San Vicente Mártir de Obando - Bilbao.

REFLEXIÓN:

Hoy la Palabra está para que la lea algún sordo, si es que quedan.
El mensaje de Jesús es de servicio, de entrega y de sacrificio.
No hay medias tintas.
No hay atajos para los más listos, para los más despiertos, para los más preparados…
TODOS TENEMOS EL MISMO CAMINO: LA CRUZ.

Y ACOGER, es el verbo de moda, pero porque está asociado a una emergencia.
¡Qué bien vemos la CRUZ en la espalda ajena!
Jesús nos dice que este verbo lo debemos conjugar todos los días…
¡Y con los que tenemos a nuestro alrededor!
Quizá sea un comienzo, esa es nuestra esperanza. Quizá esta sociedad aún pueda despertar.
Para eso EDUCAMOS.
Nuestra entrega en el presente es la semilla de un sueño…de futuro… mejor.


 "Imagina"

Imagina que no hay cielo
Es fácil si lo intentas
sin el Infierno debajo nuestro
arriba nuestro, cielo
Imagina a toda la gente
Viviendo para hoy ... Imagina que no hay países No es difícil de hacer Nada que matar o morir Y tampoco religión Imagina a toda las personas que viven la vida en paz ... Puedes decir que soy un soñador pero no soy el único Espero que algún día te unas a nosotros Y el mundo será como uno Imagina que no hay posesiones, me pregunto si puedes No hay necesidad de codicia o hambre Una hermandad del hombre Imagina a toda la gente Compartiendo todo el mundo ... Puedes decir que soy un soñador pero no soy el único Espero que algún día te unas a nosotros Y el mundo vivirá como uno. 

Puestos a imaginar, a soñar, como Tellistas, tenemos en la fuerza de actuación  nuestro carisma.
Por esta razón la frase que acompaña al lema de este curso, “REINICIATE”, es:
“Que no disminuya nunca la fuerza del amor en nuestro corazón.”
Así que no nos queda otra que seguir apoyándonos, unos en otros, unos a otros, unos y otros.
Ser uno, pareja, trio, cuarteto…grupo.
Aprender que todo se puede hacer, si le pones amor.
Que a todos se puede llegar, si les das amor.
Y no hay otra forma. Ese es nuestro CAMINO/MISIÓN.

 


Si mi fuerza son los otros… Tendré que cuidarlos.
Si mi fuerza es el amor… Tendré que regalarlo.
Si no lo hago ninguna de estas dos cosas… Tendré que aprender a hacerlas.

Cuida tu Pensamientos...
porque se volverán Palabras.
Cuida tus Palabras...
porque se volverán Actos.
Cuida tus Actos...
porque se harán Costumbre.
Cuida tus Costumbres...
porque forjarán tu Carácter.
Cuida tu Carácter...
porque formará tu Destino,
y tu Destino, será tu Vida.
GANDHI

Si tropiezo, y caigo, me tendré que dejar ayudar a levantar.
Si se me olvida caminar… me tendré que dejar enseñar.
Tendré que pararme, tomar aire y prepararme para REINICIARME
La vida cambia por una coma.



Señor, cuídanos en los tropiezos, en las caídas, en las lágrimas.
Transfórmanos en acogida, amor y alegría para el necesitado.
Quítanos el miedo, el cansancio, las escusas.
Permítenos ser sueño, luz y sal, puertas abiertas y abrazo de hermano.
AMÉN.



NO TENGÁIS MIEDO.  ¡ÁNIMO Y ADELANTE!













domingo, 13 de septiembre de 2015

«El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.»


CRECER CREYENDO:


















Mc (8,27-35):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino, preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.» Se lo explicaba con toda claridad. 
Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»
Después llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.»
Palabra del Señor




Salmo
Sal 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9
R/.
 Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco. R/.

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.» R/.

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó. R/.

Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida. R/.

COMENTARIO:
"RECONOCER A JESÚS EL CRISTO"

El episodio ocupa un lugar central y decisivo en el relato de Marcos. Los discípulos llevan ya un tiempo conviviendo con Jesús. Ha llegado el momento en que se han de pronunciar con claridad. ¿A quién están siguiendo? ¿Qué es lo que descubren en Jesús? ¿Qué captan en su vida, su mensaje y su proyecto?

Desde que se han unido a él, viven interrogándose sobre su identidad. Lo que más les sorprende es la autoridad con que habla, la fuerza con que cura a los enfermos y el amor con que ofrece el perdón de Dios a los pecadores. ¿Quién es este hombre en quien sienten tan presente y tan cercano a Dios como Amigo de la vida y del perdón?

Entre la gente que no ha convivido con él se corren toda clase de rumores, pero a Jesús le interesa la posición de sus discípulos: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». No basta que entre ellos haya opiniones diferentes más o menos acertadas. Es fundamental que los que se han comprometido con su causa, reconozcan el misterio que se encierra en él. Si no es así, ¿quién mantendrá vivo su mensaje? ¿Qué será de su proyecto del reino de Dios? ¿En qué terminará aquel grupo que está tratando de poner en marcha?

Pero la cuestión es vital también para sus discípulos. Les afecta radicalmente. No es posible seguir a Jesús de manera inconsciente y ligera. Tienen que conocerlo cada vez con más hondura. Pedro, recogiendo las experiencias que han vivido junto a él hasta ese momento, le responde en nombre de todos: «Tú eres el Mesías».

La confesión de Pedro es todavía limitada. Los discípulos no conocen aún la crucifixión de Jesús a manos de sus adversariosNo pueden ni sospechar que será resucitado por el Padre como Hijo amado. No conocen experiencias que les permitan captar todo lo que se encierra en Jesús. Solo siguiéndolo de cerca, lo irán descubriendo con fe creciente.

Para los cristianos es vital reconocer y confesar cada vez con más hondura el misterio de Jesús el Cristo. Si ignora a Cristo, la Iglesia vive ignorándose a sí misma. Si no lo conoce, no puede conocer lo más esencial y decisivo de su tarea y misión. Pero, para conocer y confesar a Jesucristo, no basta llenar nuestra boca con títulos cristológicos admirables. Es necesario seguirlo de cerca y colaborar con él día a día. Ésta es la principal tarea que hemos de promover en los grupos y comunidades cristianas.

¿Cómo pueden sonar hoy, entre nosotros, estas palabras de Jesús? ¿Cómo resuenan dentro de ti. Vamos a escucharlas el próximo domingo: "Mirad, el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el evangelio, la salvará»

Tenemos que entender bien estas palabras de Jesús. No se trata de renunciar a esta vida terrena para alcanzar un día la del cielo, no. No se trata de menospreciar los valores y los gozos que hay en esta vida para alcanzar, un día, los bienes del cielo. Lo que nos pide es entender la vida en términos de entrega y no de posesión."  José Antonio Pagola. Origen post: Grupos de Jesús Parroquia San Vicente Mártir de Obando - Bilbao.

REFLEXIÓN:

 

El comienzo de curso es como una riada que arrastra todo, límpialo viejo, trae lo nuevo. Es un trajín que nos limpia y nos recoloca. Por eso, el” ¡REINICIATE! no es un instante y ya. Es un proceso, un camino, un peregrinar. Pero ¡CUIDADO!

 

A la vuelta de la esquina acecha el “cocodrilo”. Sí ese, que, o es tu cruz, o te la acaba cargando encima.
Ese cocodrilo que aparenta ser feroz, pero que, simplemente, flota en la corriente y es feliz en la turbulencia, en el caos, sencillamente porque se ve a flote, mientras los demás se dejan arrastrar.


Somos la pieza favorita para estos reptiles de patio de colegio o de parque, con o sin columpios.
Y ante eso, ¿qué tenemos que hacer? No tenemos que hacer NADA. Sólo VIVIR.
 «Y vosotros, ¿quién decís que soy Pregunta El Mismo que nos ha permitido oír y hablar. Aquel que espera de nosotros, cada día de este curso, la total entrega, pese a todos los peros y a todas “las peras”.
Por muchas vueltas que le demos, sólo vivir para hacer el bien a los demás es lo que nos pide el Señor, cuando, siendo discípulos suyos, le reconocemos como EL MESÍAS.



Aquí estamos otra semana más, presentándote, SEÑOR, nuestros cargos y sus cargas.
Ofreciéndote, por medio del prójimo, nuestras manos y nuestro corazón.
Permítenos que la balanza de sonrisas y lágrimas se desequilibre hacia la alegría.
Ayúdanos a estar en paz con nosotros mismos, para que podamos llevar la paz a los que nos rodean.
Mima a los enfermos, a los doloridos, a los solos, a los olvidados.
Líbranos de todo mal, de toda mentira.
Haz que no nos pese la rutina y que consigamos encender el brillo de la curiosidad en los ojos de nuestros alumnos.

AMÉN!!!

No tengáis miedo.


¡Ánimo y adelante!

domingo, 6 de septiembre de 2015

"EFFETÁ"...ABRETÉ:«Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

CRECER CREYENDO:


Mc (7,31-37):

En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos.
Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá», esto es: «Ábrete.»
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

Palabra del Señor

Salmo

Sal 145,7.8-9a.9bc-10

R/.
 Alaba, alma mía, al Señor

Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R/.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.


COMENTARIO:
SORDOS Y MUDOS
“Señor, ábreme los labios y mi boca proclamará tu alabanza”. Es la primera oración, cada mañana, de los que celebran el oficio divino. Podría ser también el comienzo de una súplica más amplia y constante de todos los creyentes. El cristiano, ya desde su bautismo cuando era niño, es invitado a tener bien abierto los oídos y la boca, como dice el texto del rito del “Effeta”, que cobra plena actualidad este domingo: “El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te conceda a su tiempo, escuchar su Palabra) proclamar la fe, para alabanza y gloria de Dios Padre”. 

Es muy oportuno meditar hoy el evangelio de la curación del sordomudo, cuando han acabado las vacaciones de verano, las escuelas y colegios empiezan a abrir sus puertas, se reanuda el ritmo ordinario de trabajo en oficinas y negocios, y, sobre todo, cuando las comunidades cristianas comienzan a programar el curso pastoral. Con la serenidad que es fruto del descanso hay que prestar oído atento al susurro de lo transcendente y al eco de lo divino.

En un mundo en que hay mucha sordera para los gritos de los pobres y demasiados silencios deliberados y persistentes por intereses engañosos y egoístas, el cristiano debe escuchar y hablar. El hombre de fe se distingue por su sensibilidad para percibir, en medio de los ruidos del mundo, la voz de Dios y por su compromiso en hablar palabras de verdad, que cantan la alabanza del Señor y proclaman su nombre en medio de los hermanos. 

Quien tiene oídos nuevos y los labios liberados del mal tiene también ojos abiertos para los demás, mano extendida hacia los necesitados, corazón limpio para testimoniar el amor verdadero. 

Cristo dijo al sordomudo tocando sus oídos y su lengua: “effetá”, esto es, ábrete. Esta apertura física, fruto de la curación milagrosa, debe llevar a la apertura interior y espiritual. El hombre está demasiado encerrado en sí mismo, en sus problemas de horizonte pequeño. Abrirse a la fe es acoger la salvación, abandonar el – recurso a las propias energías, confiar fundamentalmente en Dios, ver la luz de la esperanza. Para no ser sordos a la Palabra de Dios y sobre todo para poderla testimoniar con palabras y en la vida, hay que llegar al verdadero conocimiento de las Escrituras, transmitidas e interpretadas por la Iglesia.
http://oracionyliturgia.archimadrid.org/Andrés Pardo
REFLEXIÓN:

Empiezo “la rutina” de orar juntos, con la energía propia de los maestros, con la maleta llena de buenos propósitos y las mejores intenciones. Y por eso quiero que sepáis que para mí no es una rutina el  hacer este rezo, sino un tesoro, un reto, una barca con Jesús dormido dentro, una sonrisa y un guiño de Matilde.
Este curso hablaremos mucho de MISERICORDIA, de cambios en las formas de la Iglesia, pero no en el fondo, como no podría ser de otra manera. Seremos fieles a la realidad que nos rodea, porque puede haber alguno un poco duro de oído, como un servidor, pero sordos no somos, gracias a Dios.
 
La primera tormenta debe ser en nuestro interior, aunque la madre naturaleza bien que se expresa últimamente.
Mi abuela siempre decía que “La Caridad debe empezar por uno mismo”, y aunque de primeras os pueda parecer egoísta, la realidad es que si no estamos bien nosotros, difícilmente vamos a ser útiles a los demás.
Cómo sobreponernos a las pérdidas de seres queridos, a la enfermedad, a la soledad, al olvido…
Estas preguntas siempre nos acompañan, y son siempre un camino de difícil respuesta que debemos recorrer.

Yo no puedo dejar de ver en mi cabeza, la imagen de ese niño ahogado, junto a su hermano y su madre. No puedo dejar de ver la desesperación de su padre, porque se le escaparon de su mano. Siento su impotencia, su rabia, su angustia. Podría ser mi familia.

 
Por eso, creo firmemente que nuestra oración de esta semana, debe estar dedicada a todas estas personas, al Jesús que en cada una de ellas se reencarna y que hace que nuestra conciencia despierte inquieta. Seamos Iglesia y sumémonos, desde el Carisma  Tellista, a la llamada del Papa.


Demos gracias a Dios por todos los dones que tenemos, seamos generosos y aprendamos a compartirlos con los demás. Seamos, cada uno a su modo, CONCIENCIADORES.


Estoy seguro que este curso nos va a dar muchas oportunidades de llevar esto a cabo.
Pidámosle a María, Madre de la Iglesia, que como buena madre, nos mime, nos anime y nos ayude a estar presentes activamente en nuestros centros. Matilde nos marca el camino: oración, acción y servicio.

“¿Cuántas “horas de compromiso” tiene nuestro contrato laboral o nuestros votos? Todas y más.”

De esta pregunta y esta respuesta, sincera, sale…

NO TENGAIS MIEDO       ¡ÁNIMO Y ADELANTE! 

¡QUE LA FUERZA DEL AMOR NO DISMUNUYA NUNCA EN NUESTRO CORAZÓN!

REINICIATE!!!!!

martes, 1 de septiembre de 2015

REINICIATE...EVALUACIÓN INICIAL G.O.


 

El bien común
30. Una exigencia moral de la caridad es la búsqueda del bien común. Éste «es el bien de ese “todos nosotros”, formado por individuos, familias y grupos intermedios que se unen en comunidad social. (...) Desear el bien común y esforzarse por él es exigencia de justicia y caridad. Trabajar por el bien común es cuidar, por un lado, y utilizar, por otro, ese conjunto de instituciones que estructuran jurídica, civil, política y culturalmente la vida social, que se configura así como pólis, como ciudad. Se ama al prójimo tanto más eficazmente, cuanto más se trabaja por un bien común que responda también a sus necesidades reales. Todo cristiano está llamado a esta caridad, según su vocación y sus posibilidades de incidir en la pólis. Ésta es la vía institucional —también política, podríamos decir— de la caridad».59 Una caridad que, en una sociedad globalizada, ha de buscar el bien común de toda la familia humana, es decir, de todos los hombres y de todos los pueblos y naciones. “No se trata sólo ni principalmente de suplir las deficiencias de la justicia, aunque en ocasiones es necesario hacerlo. Ni mucho menos se trata de encubrir con una supuesta caridad las injusticias de un orden establecido y asentado en profundas raíces de dominación o explotación. Se trata más bien de un compromiso activo y operante, fruto del amor cristiano a los demás hombres, considerados como hermanos, en favor de un mundo justo y más fraterno, con especial atención a las necesidades de los más pobres”60.
 CV ASAMBLEA PLENARIA DE LA CONFERENCIA
EPISCOPAL ESPAÑOLA
IGLESIA, SERVIDORA DE LOS POBRES
INSTRUCCIÓN PASTORAL



¡Bienvenidos, a este nuevo curso!
¡Bienvenidos al Camino!
Matilde expresa todo lo anterior con la belleza de un sueño, de una visión de la futura Obra de Dios que ella misma empezará a cimentar y que ha llegado a nuestros días. “¿DÓNDE ESTÁN MIS POBRES, MIS ANCIANOS, MIS NIÑOS? Le pregunta el Señor y ella solo puede dar un Sí, como María: A TODOS LOS QUE PUEDA, YO, TE LOS TRAERÉ.”
Y en esa estamos, otra vez. REINICIÁNDONOS, a la búsqueda del prójimo, para compartir LA PALABRA y la celebración de LA EUCARISTÍA.
Es parte de nuestro Carisma y de nuestra Espiritualidad Tellista, aunar ambos actos, pues, como bien dice Matilde, esto hará “Que la fuerza del Amor no disminuya nunca en nuestro corazón”.


  
Espero que todos estemos preparados y con las pilas cargadas, pero si hubiera alguno, que por circunstancias personales, no pudiera ponerse en ruta, tenga bien claro, que nosotros le esperaremos, como siempre, en el umbral de la puerta de la fe.

Pidamos aquí:
*  por los seres queridos que nos han dejado,
*  por los enfermos,
*  por los desvalidos,
*  por los perseguidos,
*  por los que AMAN a Dios y por los que no le conocen.

Sea nuestra ORACIÓN un abrazo fraterno y un manantial de BENDICIONES, para todos ellos y para las personas que nos rodean.


NO TENGAIS MIEDO.       ¡ÁNIMO Y ADELANTE!       ¡FELIZ CURSO!